Principios del entrenamiento deportivo aplicados al entrenamiento propioceptivo.
En el entrenamiento deportivo, es fundamental aplicar los «principios del entrenamiento». Desde que diseñé el sistema de Entrenamiento Propioceptivo siempre he insistido en que estos mismos principios han de usarse para diseñar los programas de ejercicios propioceptivos.
Si bien ha habido por años una tendencia a identificar los ejercicios de propiocepción con las lesiones, hoy en día ya sabemos que las aplicaciones prácticas van desde la rehabilitación, pasando por la readaptación y llegando a la mejora de la eficacia y el rendimiento deportivo.
Además, la aplicación de ejercicios, sea en una persona lesionada o no, debería seguir unos principios específicos que atienden a la capacidad de adaptación de esa persona.
Como vimos en el post del blog «Adaptación y estrés en el entrenamiento», tenemos que tener en cuenta los umbrales de estimulación y aplicación de ejercicios, además de la dosificación de intensidades y cargas, las progresiones, etc. Pero estos no parecen ser conceptos tan claros para los profesionales que trabajan en la recuperación de lesiones.

Principios del entrenamiento aplicados al diseño de programas de ejercicios propioceptivos.
Así que, como punto de partida, os dejo a continuación una breve reseña de mi libro de «Entrenamiento Propioceptivo» (Ed. Médica Panamericana) para comenzar a aproximarnos a los principios del entrenamiento sobre los que basarnos para construir nuestros programas de ejercicios propioceptivos. Esto nos puede ayudar a ir paso por paso sin correr riesgos de lesión o sobrecarga.
Unidad funcional
Este principio del entrenamiento dice que el organismo funciona como un todo. Cada uno de los órganos y sistemas está relacionado con el otro.
A nivel morfológico y funcional, esto nos lleva a considerar que deberíamos prestar atención de forma general cuando aplicamos estímulos a través de alguna de las partes o sistemas.
Multilateralidad
Si nos preparamos de forma multifacética, conseguiremos mejores resultados, ya que con el aprendizaje de más movimientos tendremos un mayor dominio de conductas motrices y de asimilación de conductas más específicas o de mayor complejidad utilizando esa base.
Especificidad
Hemos de desarrollar cualidades específicas relacionadas con los resultados que queremos obtener. Esto quiere decir que si nuestro objetivo está relacionado con unas cualidades muy concretas, hemos de aplicar estímulos específicos que vayan en consonancia con el desarrollo de esas cualidades, ser específicos y no perdernos queriendo ser los mejores en todo.
Sobrecarga
Se refiere al umbral de estimulación para que se produzca adaptación. Hemos dicho que los estímulos no deberían ser demasiado intensos para no provocar fatiga, ni demasiado leves como para no lograr la adaptación.
No obstante, si utilizamos estímulos leves y los repetimos muchas veces durante un tiempo, se puede producir una adaptación y mejora funcional derivada de un efecto acumulativo.
En este caso, he de decir que los primeros días de programa me parece acertado utilizar estímulos de baja intensidad pero de forma constante, lo cual puede dar soporte para crear de una manera liviana una base sobre la que movernos de forma más fluida después o para aplicar estímulos de mayor intensidad.
El umbral de estimulación de cada persona es variable y hemos de descubrir nuestro propio ritmo e ir testando a lo largo del proceso, puesto que es posible que ese ritmo vaya cambiando.
También hay que considerar que, por el efecto de la adaptación, tendremos que ir haciendo variaciones en la aplicación de estímulos a medida que nuestro umbral cambie.
Continuidad
Este principio se refiere a no interrumpir la estimulación en el proceso. La continuidad permite una adaptación constante.
Eso no quiere decir que no debamos descansar para reponernos de los esfuerzos.
Las interrupciones en el proceso muchas veces vienen asociadas a la fatiga; por lo tanto, la recomendación básica para tener continuidad es evitar su aparición teniendo en cuenta los límites de aplicación de estímulos durante el proceso.

Progresión
Se refiere al incremento de la carga a medida que vamos mejorando. Podemos aumentar la estimulación de nuestros sistemas con base en factores cualitativos, cuantitativos o ambos.
La base de este principio es la adaptación
A medida que nuestro organismo y sistemas se adaptan a los nuevos estímulos, si no vamos incrementando la carga, aumentándolos o modificándolos, nos podemos estancar, porque debido a nuestra adaptación los antiguos estímulos no llegan al umbral necesario para seguir produciendo una mejoría.
El aumento de esta carga ha de ser gradual, adaptándose cada vez al nuevo estado en el que estamos. Hemos de ir de forma progresiva.
Individualidad
A pesar de que en el mundo del deporte y la salud éste es un principio básico fundamental, es contradictorio el hecho de que en muchos lugares aún se sigan aplicando métodos y programas idénticos para diferentes deportistas.
No sólo en el deporte, sino en la vida, no hay soluciones o métodos que sean adaptables a todos.
Cada programa debería adaptarse a las costumbres, gustos, necesidades, aptitudes, metas y demás características de cada persona, con el fin de obtener el máximo beneficio posible. Existen unos conceptos generales sobre los que establecer un programa que nos pueda ayudar a crear un cambio de calidad.
Desde un punto de vista global, abordar temas como la nutrición, el descanso, el ejercicio físico o el estilo de vida es una base sobre la que trabajar y, dentro de cada concepto general, es donde deberíamos establecer las pautas específicas para cada persona.
Recuperación
Se refiere a alternar los esfuerzos con las recuperaciones y el descanso. La recuperación es esencial en la programación diaria, desde las pausas que hacemos entre los estímulos que aplicamos hasta el descanso a través del sueño y también, en una visión más global, con la aplicación de los períodos de descarga o transición que permiten elevar nuestros niveles de desempeño.
Un programa estricto, demasiado definido, puede llevarnos al agotamiento, así que debemos aplicar tiempo para el descanso. Cuando planificamos de forma coherente y adaptada a la persona, gracias a la recuperación podemos obtener el efecto de supercompensación, que me parece particularmente interesante.
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