¡Si!, como deportista, yo también padecí el lado oscuro en la búsqueda de un mayor rendimiento:

¡LAS LESIONES DEPORTIVAS!

Me voy a remontar bastantes años atrás para contarte como comenzó mi experiencia con la recuperación de lesiones deportivas con ejercicios propioceptivos y aun unos años más para que entiendas como lo que surgió de una necesidad acabó convirtiéndose en una referencia para más de 25.000 terapeutas y entrenadores hoy en día que forman parte de la comunidad de Entrenamiento Propioceptivo y por qué creo que también puede ayudarte a ti.

LOCO POR EL DEPORTE

Comencé a practicar Judo con 6 años, una decisión muy acertada de mis padres que no encontraban la forma de canalizar mi exceso de energía, lo que hoy en día podría catalogarse como un niño con síndrome TDAH o de Hiperactividad.

Unos años después combinaba las artes marciales con el voleibol y el voley-playa, deportes que me apasionaban. El entrenamiento, la competición, los viajes con el equipo formaron parte de mi vida durante los siguientes años.

Con 13 años me incorporé al primer equipo y pasaba el día entrenando y la noche soñando con los partidos.

A mis 17 años, llegó el momento de ir a la Universidad y, por supuesto, elegí estudiar Educación Física, donde seguía con las competiciones y practicando múltiples deportes que formaban parte de la propia graduación.

LLEGARON LAS LESIONES

PERO… en este momento ya habían comenzado las lesiones: roturas de fibras, varios esguinces de tobillos y tendinitis en mis dos rodillas, entre otras.

Sobre los 20 años de edad, vino otro reto más, una tendinitis de manguito rotador que fue empeorando hasta que, lamentablemente, tuve que dejar de hacer deporte por el dolor y la incapacidad de mover mi hombro.

Rendimiento y salud, a veces son términos tremendamente contrapuestos.

El proceso se prolongó por un año en el cual mi tratamiento se basaba en no entrenar, hacer reposos y fisioterapia convencional. La verdad que fue un año muy complicado no solo por la lesión y el dolor sino por todo lo que implicaba, dejar mis actividades, no poder entrenar ni hacer las prácticas en la Universidad, a veces era como estar en un túnel sin salida. Al final de ese año, no sentía ganas de hacer nada.

QUÉ DESCUBRÍ DE MI EXPERIENCIA COMO DEPORTISTA LESIONADO

  • Parar no significa recuperarse más rápido, a veces incluso empeoras.
  • Cuando no encuentra una alternativa, un deportista lesionado tiende a perder el ánimo, deprimirse o estar de mal humor.
  • La fisioterapia convencional no es suficiente, no es una solución, al menos a corto plazo.
  • Si sigues entrenando como siempre, tampoco mejoras, cada vez te lesionas más.

CRISIS = SOLUCIÓN

Como seguro que muchos sabéis, a veces hace falta entrar en una crisis para encontrar ciertas soluciones. Como no encontraba una salida de esa situación, pedí un traslado a otra Universidad y ¡voila!… nuevo contexto, nuevas experiencias y posibilidades.

¿EJERCICIO PARA RECUPERARME?

Cuando un deportista quiere que le ayudes, lo peor que puedes decirle es que necesita PARAR o hacer REPOSO.

No quiero decir con esto que no hay determinados momentos o lesiones que no permiten al deportista entrenar o competir por un tiempo. Pero te puedo asegurar que hay alternativas para mantener activo al deportista, siempre se puede hacer algo y evitar la frase más temida: “Tienes que parar un tiempo”. Por qué no plantear un programa de ejercicios alternativos y decir: “Mientras te recuperas de tu lesión, vamos a entrenar de esta manera…, esto es lo que podemos hacer”.

Hoy en día, ya sabemos que el ejercicio favorece una recuperación más rápida y eficaz en las lesiones deportivas, pero os prometo que hace 20 años esto no era algo tan conocido.

A mi llegada a la nueva Universidad, conecté con un fisioterapeuta deportivo que me enseñó algunos ejercicios para mejorar de mi lesión de hombro.

Empecé con lo más básico, aprender a disociar los movimientos escapulares, a reclutar de proximal a distal, a usar coordinadamente las diferentes articulaciones de la cintura escapular, ejercicios isométricos, etc. y poco a poco fuimos introduciendo más ejercicios, otro tipo de resistencias como los elásticos, pesos libres… Cada paso, me llevaba a otro más. Al cabo de unas semanas volví a los entrenamientos.

Después, comencé con ejercicios para el resto del cuerpo y para mejorar de las otras lesiones recurrentes, como las de tobillos y rodillas.

Podría estar hablando por horas del proceso y las mejoras que iba encontrando con cada programa de ejercicios, pero voy al resultado, que es que en pocos meses no solamente me había recuperado de mis lesiones, sino que alcancé mi mejor punto de condición física de los últimos años.

Recuperarte de tus lesiones con ejercicios específicos no solamente te lleva a no tener dolor o limitación, sino que te va a permitir entrenar con mayor intensidad, mejorar tu rendimiento y ser más eficaz en tu deporte.

PROFUNDIZANDO EN CONOCIMIENTOS

Tras esta experiencia con mis lesiones, quise profundizar más en la fisioterapia unida al deporte y fue cuando estudié fisioterapia y osteopatía, mientras combinaba con un postgrado en educación física y salud y múltiples cursos.

En este momento ya combinaba mis estudios con el asesoramiento como entrenador a deportistas de élite. ¡Muchos de ellos estaban tan agradecidos de mi experiencia como deportista lesionado! (jeje).

Y es que el conocimiento es parte de la base, pero la experiencia personal es fundamental para alcanzar un nivel de comprensión y empatía suficiente con las personas que entrenamos o tratamos.

PROFUNDIZANDO EN EXPERIENCIA

Y volviendo a mi experiencia, desde los 23 años comencé a trabajar en procesos de recuperación activa de clientes de todas las condiciones, no deportistas, deportistas amateurs y profesionales.

Como coordinador de un gimnasio con más de 5000 socios por varios años, estuve asesorando a docenas de entrenadores y cientos de clientes para mejorar de sus lesiones, forma física y rendimiento a través de ejercicios específicos.

La experiencia práctica es fundamental para tener un aprendizaje de calidad. Puedes leer o estudiar mucho, pero si no lo pones en práctica, no llegarás a entender lo que haces en profundidad.

Las bases de esta experiencia y este trabajo desarrollado en los últimos años es lo que transmito ahora en las formaciones en entrenamiento propioceptivo, desde los conceptos anatómicos y fisiológicos hasta como diseñar los ejercicios de manera correcta, progresivamente, como organizarlos en programas y como aplicarlos para trabajar objetivos específicos de recuperación y readaptación de lesiones o de mejora del rendimiento para conseguir mejores resultados.

ALGUNAS CONCLUSIONES

  • El trabajo convencional de rehabilitación, si bien puede permitir una recuperación funcional (a veces), no deja a un deportista en condiciones óptimas para volver a la exigencia de los entrenamientos y menos aun de las competiciones.
  • De la misma manera, la vuelta al entrenamiento tras la recuperación funcional, incrementa el riesgo de padecer la misma lesión e incluso otras diferentes debido a las adaptaciones.
  • Existe entonces un periodo entre el fin de la rehabilitación y la vuelta al entrenamiento donde se hace necesario un trabajo por parte tanto del fisioterapeuta como del entrenador para evitar estos problemas. Esta es una de las fases donde más sentido cobra el entrenamiento propioceptivo.

NUESTROS ALUMNOS – FISIOTERAPEUTAS, ENTRENADORES Y DEPORTISTAS

¿Cómo podemos utilizar el entrenamiento propioceptivo en los diferentes ámbitos?

Muy sencillo, en los cursos enseñamos las bases y las posibles adaptaciones específicas para diseñar los programas de ejercicios en cada ámbito específico, de manera que cada profesional puede adaptar lo aprendido a sus competencias profesionales sin entrar en las del otro.

De la misma manera y tras muchos cursos, tengo que decir que la retroalimentación entre entrenadores y fisioterapeutas, el tener el privilegio de contar con los dos puntos de vista en los cursos, favorece un aprendizaje mucho más constructivo para ambas partes.

Vemos a diferentes profesionales que aprenden a comunicarse de forma más efectiva y entender el trabajo que realiza cada uno de ellos con el objetivo final de ayudar al cliente con mayor calidad.

En el último año tuvimos cientos de alumnos:

  • Fisioterapeutas que pasaron de hacer la mayoría de trabajo en la camilla a hacer recuperaciones activas a través de ejercicios a sus clientes y combinarlo con sus técnicas terapéuticas, consiguiendo recuperaciones mucho más rápidas y motivantes para sus clientes (y para ellos mismos como terapeutas).
  • Entrenadores que comienzan a implementar ejercicios simples en las partes de calentamiento y están mejorando la seguridad y estabilidad de sus deportistas, así como disminuyendo el índice de lesiones.
  • Profesores de pilates, yoga, actividades dirigidas que, dentro de sus propios métodos de entrenamiento, introducen las variables aprendidas en nuestros cursos para lograr una mejoría de la salud y la condición física en sus clientes.
  • Deportistas con experiencia que no quieren volver a escucha nunca más la palabra “PARA” y quieren una alternativa que les permita seguir EN MOVIMIENTO.

LOS BENEFICIOS DE QUE USES EL ENTRENAMIENTO PROPIOCEPTIVO

  • Los programas de ejercicios específicos que enseñamos te ayudan a recuperarte más rápido y con más calidad de una lesión (aunque no seas un deportista, también funciona J
  • Evitamos las palabras como “para, no puedes, reposa…”, tan perjudiciales para el deportista y su estado de ánimo
  • El deportista puede reincorporarse antes a sus entrenamientos y a la competición tras sufrir la lesión.
  • Podemos trabajar desde diferentes ámbitos con ejercicios propioceptivos: terapéutico, entrenamiento y condición física, prevención de lesiones, mejora del rendimiento y de habilidades específicas.
  • El aprendizaje ha de incluir una parte práctica predominante. La acción es fundamental para integrar bien los contenidos. No es necesario ir de la teoría a la práctica, si lo haces de forma simultánea, aumentarás la velocidad de tu aprendizaje x 10.

¡ES HORA DE QUE TU TAMBIÉN TE MUEVAS!

Inevitablemente, lo que surgió como una necesidad derivada de las limitaciones que provocaron mis lesiones, terminó como una fortaleza, tanto en mis capacidades para competir en un nivel más alto o llevar mi cuerpo a otros límites como a nivel experiencial, para poder compartir en mis cursos con otros deportistas y profesionales y poder ayudarte a ti ahora a que también disfrutes los beneficios del entrenamiento propioceptivo.

En este momento estuve en más de 10 países ofreciendo las formaciones presenciales y tenemos alumnos en nuestra escuela online en otros muchos más.

Y tu, ¿a qué esperas para ponerte en movimiento?

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